domingo, 19 de julio de 2009

GRIFFIN

En 1996, Michael Jordan tenía su 4º anillo reciente. Los Bulls eran una máquina perfectamente calibrada que amenazaba con volver a imponer su dictadura en la NBA. Los mates y movimientos de His Airness eran una delicia, las locuras controladas de Dennis Rodman un disfrute, la disciplina de Scottie Pippen un ejemplo, y aún así algunos locos preferíamos la explosividad emotiva de Shawn Kemp, la indisciplina talentosa de Chris Webber, la bestialidad de Shaquille... y entonces llegó Allen Iverson. Un huracán que se dedicó a sentar rivales con sus dribblings callejeros, cambiar los peinados de media NBA y hacer del tatuaje una obligación. Muchos nos volvimos devotos suyos y su revolución. Pero, pasados los años, su descaro degeneró (en manos de sus imitadores) en un absoluto aburrimiento, una repetición de tics chulescos de tercera y jugadas raritas que cubrían carencias técnicas y potenciaban el egoísmo en el juego.

Ironías de la vida, lo que muchos viejos seguidores de la NBA ahora ansiamos es el tipo de jugador de la era pre-Iverson. El nuevo cambio viene de unos cuantos que unen talento técnico (y, sobre todo, físico) a una mentalidad rocosa. Tios serios, que quieren ganar partidos y llegar lejos, no hacer la jugada de la noche. Blake Griffin tiene toda la pinta de ser uno más de esta nueva clase, al estilo de lo que ha sido Derrick Rose la pasada temporada. Y también parece rocoso en las zapas: Nike Hypermax sin velcro.

Y ojo al segundo video, mochila Under Armour.




1 comentario:

McClane dijo...

Tiene pinta de estrella "old school"