Uno de esos modelos venidos de Francia fue la SuperStar. En los 60 Converse dominaba el mercado del baloncesto con sus botas de lona, los jugadores las usaban por pura costumbre, ni siquiera cobraban por hacerlo. No protegían en absoluto el pie ante los cambios de ritmo y dirección bruscos, y ese fue el talón de Aquiles que atacó adidas, que envió a Chris Severn como único comercial a visitar los vestuarios norteamericanos con muestras de la nueva zapatilla. Estaba fabricada en piel y tenía una estructura en forma de concha en la puntera, la Chuck Taylor a su lado era un calcetín con suela y no resistió el golpe.
A los cuatro años del lanzamiento de la SuperStar más del 75% de la liga las calzaba y todo comenzó con los San Diego Rockets, el farolillo rojo. Severn los convenció de que calzaran SuperStars y aunque por sí mismos no hacían una gran publicidad, pasearon la revolución de piel por todas las canchas, introduciéndola al resto de la Liga.
Más adelante, Converse reaccionaría con la guerra de los nombres: fichó al Dr J. Adidas a Kareem Abdul Jabbar, pero eso es otra kickstoria...
Run DMC, embajadores de las Superstar
Texto: Carlos Kemp x LoveZapas.es
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