La
Freestyle es la piedra sobre la que se apoya toda la historia de una marca. Si en los ochentas
Nike se salvó
gracias al fichaje de Michael Jordan, Reebok tuvo un golpe de suerte gracias al auge del aerobic y a un error en los envíos de muestras de piel. Había dos paquetes: uno con piel para la
Freestyle, que estaba en pruebas, y otro para unos guantes de golf. Sus destinos se cruzaron y se usó la suave piel de guante para hacer unas zapas que resultaron perfectas para el aerobic: no rozaban, eran muy flexibles y resultaban atractivas para calzar dentro y fuera de los gimnasios.
Resulta curioso que no se haya convertido en un modelo icónico del revival ochentero que nos ha tocado vivir
(o sufrir) los últimos años, ya que en aquella época eran una de las zapas clave. Ahora se edita una nueva versión "
satin pack" sin tanta historia detrás, poco más que el lanzamiento de una versión y color nuevos.
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