La historia de los Mundiales de fútbol comienza con unos cuantos equipos amateurs en 1930, algo lejos del hiperprofesionalizado presente. Desde un primer momento en el que sólo algunos podían permitirse asistir hasta el masivo público actual.
En las primeras Copas del Mundo, el material deportivo no era una de las prioridades. Era habitual que cada equipo llevara su propio balón, por lo que las condiciones eran diferentes dependiendo de quién lo cediera para el partido. En realidad, las primeras disputas de las finales eran para dilucidar el balón con el que debía jugarse. La dureza de los balones y las impresionantes costuras provocaron una imagen que hoy resulta curiosa; futbolistas con boina. Las botas compartían características con las del deporte que había nacido junto al fútbol: el rugby. Y la mayor impronta que dejaron fue el nombre. De cuero, con tacos y cubriendo el tobillo, era lógico que le llamaran botas, algo que se ha mantenido hasta hoy, cuando el diseño es más parecido al de una zapatilla de atletismo.
Los primeros mundiales fueron los de la victoria de Uruguay en casa, Mussolini celebrando su victoria con una selección vestida con sus camisas negras (España jugaba de azul) o el de una Francia prebélica vencida nuevamente por los italianos, pero poco puede hablarse de una industria deportiva aún en pañales. Hasta entonces todo quedaba en anécdotas como el gol que el brasileño Leónidas marcó descalzo mientras el utillero cosía sus botas, o la eliminación de la selección India por presentarse a jugar sin botas. De aquella época queda la herencia de la maldición de las camisetas negras. Mussolini quiso que su selección, como símbolo de "la poderosa nación" vistiera de negro como los "Camisas Negras" (la célula violenta de la Italia fascista). Aunque muchos de sus jugadores fueran nacionalizados para la ocasión, la selección italiana y las camisetas negras en el fútbol quedaron asociadas para siempre con los regímenes totalitarios. Tanto que para el Mundial Sudafricano, la FIFA ha intentado convencer a México para que cambiara su uniforme negro.
2 comentarios:
Cuando llegues a los pucherazos arbitrales avisame.
Desde la agresión a Luis Enrique en México me acuerdo de unos cuantos.
De pucherazos tendría que hacer un monográfico, comenzando por el primer campeonate de Italia.
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