jueves, 1 de julio de 2010

Kickstorias del Mundial (III)



En 1958 en Suecia aparecía Pelé, que además de ser considerado el mejor jugador de la historia, ha sabido dejar algunas perlas para los que miramos sus botas. Pero entonces era sólo un joven prometedor en un mundo aún no invadido por las marcas. Adidas trabajaba ya mano a mano con la federación alemana, cediendo material. Uno de los más cercanos a Adi Dassler era el delantero Uwe Seeler, con quien se reunía habitualmente para mejorar los diseños de las botas. El jugador nunca entendió que Dassler le pidiera las botas sucias después de cada partido, para analizar dónde quedaba adherido el barro.
En Chile 1962 ya era habitual ver tres franjas en la mayoría de las botas, pero pocos se planteaban que eso tuviera alguna influencia en las ventas. De hecho, las tres franjas aún no eran un distintivo de adidas, sino un elemento de soporte lateral utilizado por otras marcas.
En 1966 el fútbol volvía a su lugar de nacimiento, Inglaterra y terminaría con el conocido gol fantasma y las disputas entre dos nombres míticos, Bobby Charlton, que tenía modelo propio de botas y Franz Beckenbauer, que más tarde sería imagen de adidas. Pelé ya tenía su propio modelo firmado.


El mundial de 1970 vino dado por una asombrosa serie de extrañas situaciones. Poco antes había comenzado la llamada "guerra del fútbol" entre Honduras y El Salvador, alimentada por rencores mutuos pero espoleada por una eliminatoria que debía dar paso al Mundial. La selección brasileña intentó elegir a su combinado siguiendo un supuesto método científico que comenzó preseleccionando a 50 jugadores. Pelé quedaba en un primer momento descartado porque tenía miopía. El entrenador lumbrera que lo intentó, Joao Saldaña, pasará a la historia como "el entrenador que quiso ponerle gafas a Pelé". Y por cierto, fue destituido.
En esos momentos, adidas y Puma controlaban el mercado deportivo internacional. La pelea entre las marcas de los dos hermanos había llegado a tal punto que ellos mismos decidieron tomarse una tregua, dejando a Brasil fuera de su lucha. Un extraño acuerdo comprometía a adidas y Puma a mantenerse alejadas de Pelé. Sin embargo, un trabajador de Puma en Brasil pensó que era la oportunidad de su vida y ofreció al astro un contrato con ellos. Las discusiones sobre la ruptura del "pacto de caballeros" duró años, pero el brasileño pasó a la historia calzando Pumas. Más aún cuando justo antes de algún partido del Mundial, Pelé pedía un minuto al árbitro para, delante de las cámaras del mundo, atarse las Puma King consiguiendo visibilidad mundial.
De la importancia que las marcas toman queda una señal, por primera vez adidas realiza el balón oficial, el Telstar formado por gajos y en blanco y negro. Pero las camisetas aún quedan fuera de todo signo. Aunque hacía años que adidas fabricaba las camisetas para la la mayoría de las selecciones, la marca nunca era visible. Adi Dassler no estaba interesado en "fabricar trapos", las federación tampoco estaban dispuestas a manchar sus camisetas.

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