lunes, 5 de julio de 2010

Kickstorias del Mundial (V)



En 1982 la Copa llega a España y ya todo el mundo sabía que las federaciones nacionales y los jugadores cobran por llevar sus productos. En Italia seguían pensando que un logotipo comercial "mancillaba" la camiseta, por lo que siguió sin marca visible.
De repente, una pequeña marca francesa es capaz de vestir a la selección Argentina, Argelia o Camerún y poco después lo haría Francia, su nombre, Le Coq Sportif. El motivo era sencillo, Horst Dassler, el hijo del fundador de adidas, había crecido demasiado dentro de la empresa y compró el 49% de la marca del gallo para tener otra marca con la que crecer. El 51% restante era de André Guelfi, un playboy que al menos aseguraba que que Le Coq Sportif siguiera siendo francesa. Horst se mantenía al frente de adidas, pero tenía, a título personal, intereses en Le Coq Sportif. La final enfrentó a Alemania, eterno símbolo de adidas, con Italia, vestidos por Le Coq Sportif. Horst Dassler debía tener problemas para decidirse. Dejarse la chaqueta de entrenamiento a la vista se convertía en norma para que todos vieran la marca, y lo hacía incluso la goleada del Mundial, San Salvador. Nadie pensó el calor que podía hacer en el verano español.



Sobre el imperio adidas no se ponía el sol. Los países del Este habían sido captados para las tres franjas hace mucho, pero hasta México 86 no fue tan evidente. Incluso la anticapitalista URSS dejaba que sobre su pecho se estampara bien visible el trébol de adidas, como también harían Hungría, Marruecos, Portugal, Francia, Canadá, Bélgica, Alemania, México o Escocia. Horst Dassler, en el doble papel de empleado de adidas y dueño de Le Coq Sportif, podía estar contento porque el gallo estaría en las camisetas de España y Argentina. Y fue con ella con la que Maradona se llevó la victoria final y pasó a la historia con los dos goles marcados a una Inglaterra que seguía vistiendo marcas nacionales (en este caso, Umbro). En los pies de Maradona, Puma.
Butragueño, otra de las estrellas del momento con 4 goles ante Dinamarca, debió llamar la atención de los nórdicos, ya que recibió una millonaria oferta para abandonar Puma e irse con la marca que llevaban los daneses, Hummel (que acabó vistiendo al Real Madrid). Brasil, con Topper, también tiraba de producto nacional.

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